Fertilizantes de eficiencia mejorada – Solución inteligente para una demanda creciente
A la aplicación de nitrógeno siempre se le asocian unas pérdidas considerables al medioambiente. El N absorbido por las plantas no es siempre el mismo y depende del estado de desarrollo en el que se encuentren. Al principio del ciclo del cultivo las plantas absorben pequeñas cantidades de N, después la absorción aumenta significativamente llegando a su máximo en las etapas de alta acumulación de biomasa, y reduciéndose posteriormente a medida que el cultivo se acerca a madurez.
Si fuera posible sincronizar la liberación de nutrientes con la absorción del cultivo se proporcionaría una nutrición óptima a planta, permitiendo una mayor eficiencia en el uso de los nutrientes, una alta eficiencia económica de la fertilización y una minimización del impacto ambiental. Realizar múltiples aplicaciones de fertilizante para cubrir las necesidades del cultivo no es una solución efectiva, ya que requiere de más mano de obra, depende mucho del clima, aumenta los costos de energía, conduce a la compactación del suelo y al final no permite evitar pérdidas considerables de N. La solución es la utilización de fertilizantes mejorados, que permiten ralentizar los procesos de degradación natural y aumentar la eficiencia de los nutrientes.
IN, IU y fertilizantes de liberación lenta y liberación controlada son buenas opciones para aproximarse a la fertilización óptima, dónde la liberación de nutrientes se sincroniza con la absorción de las plantas
El mercado ofrece varias tecnologías de fertilizantes de eficiencia mejorada que mejoran la sincronización entre la liberación/disponibilidad del N, mejorando la absorción por parte de los cultivos. Estos productos aumentan la disponibilidad de nutrientes y reducen las pérdidas al medioambiente. Por ejemplo, pérdidas de gases, lixiviación o escorrentías.Los fertilizantes de eficiencia mejorada pueden clasificarse como fertilizantes estabilizados, y fertilizantes de liberación controlada/lenta.
Los fertilizantes de liberación controlada y de liberación lenta buscan optimizar la liberación temporal de nutrientes en función de las necesidades del cultivo. Los fertilizantes de liberación controlada son fertilizantes solubles convencionales que están cubiertos por un polímero que controla la penetración del agua a través de los microporos, y por tanto, la disolución del fertilizante. Un problema del polímero que recubre estos fertilizantes es su baja degradabilidad en el suelo, y que puede contribuir a la acumulación de micro-plásticos en el suelo. Sin embargo, en los fertilizantes de liberación lenta el N se libera gracias a la degradación microbiana e hidrolítica del recubrimiento (por ejemplo, el protector de azufre en la urea). En estos fertilizantes, la liberación de los nutrientes no puede controlarse fácilmente. Si los granos se rompen o la película que recubre el grano se daña, el N se liberará rápidamente cuando entre en contacto con el agua.
Los fertilizantes estabilizados parecen ser una solución más inteligente. Los inhibidores de la nitrificación (IN) o de la ureasa (IU) hacen que el N de los fertilizantes esté disponible durante más tiempo, limitando las pérdidas de N, y por tanto mejorando la eficiencia en la nutrición de las plantas. Ambos inhibidores tienen efecto en los enzimas responsables de la liberación del N (hidrólisis de la urea (IU) o el primer paso de la nitrificación (IN)), protegiendo el N y evitando perdidas por volatilización, lixiviación o emisiones de N2O (gas). Por lo tanto, el N está disponible durante más tiempo y los cultivos pueden utilizarlo en función de sus necesidades.
Los fertilizantes estabilizados pueden ayudarnos a incrementar la eficiencia de la producción agrícola y a cubrir las necesidades de una población creciente. Estos fertilizantes aportan numerosas ventajas agronómicas, económicas y medioambientales, como pueden ser la alta eficiencia en la producción agrícola, costes reducidos de aplicación y menor impacto ambiental. Además, el uso de fertilizantes estabilizados permite cumplir con las regulaciones de la administración, evitando sanciones relacionadas con el efecto del fertilizante en el clima y el medioambiente.